La construcción del colegio comenzó en 1970 y, desde entonces, ha vivido transformaciones y mejoras constantes, siempre en respuesta a los desafíos formativos de cada época.
Desde el año 2013, hemos entregado nuevos espacios como los edificios de Preescolar, Primaria y Bachillerato, los salones de música, los laboratorios, el Auditorio, el Centro de Conocimiento y el Coliseo. Cada uno de estos espacios ha sido cuidadosamente diseñado para integrarse con el entorno natural que nos rodea, incorporando soluciones arquitectónicas que optimizan la luz natural, el aprovechamiento del sol y la acústica.
En medio de la naturaleza y el aire puro, los parques infantiles y las canchas deportivas complementan la infraestructura, creando un ambiente que inspira el aprendizaje, el bienestar y la convivencia.
El Roble es el edifico que alberga las aulas de Preescolar y Primaria, así como laboratorios, salas de reuniones, la pista atlética, el muro de escalar y la huerta. Su forma circular, presente también en muchos de sis espacios internos, no es solo un símbolo de perfección natural, sino también una invitación a la integración y la equidad. En este edificio, todos estamos a la misma distancia del centro, lo que nos hace sentir parte de un mismo círculo, unidos y en equilibrio.
Este edificio del Marymount fue diseñado para transformar la experiencia del aprendizaje. Inspirado en la naturaleza -como lo muestra el techo del bloque de Preescolar, que emula la forma de una hoja-, El Roble nos recuerda que crecer no es solo avanzar, sino también echar raíces, abrir ramas y florecer en comunidad. Su arquitectura bioclimática y su vecindad con el Bosque Chi-güaia son testimonio de nuestro compromiso institucional con el respeto por la naturaleza y el cuidado del entorno.
El edificio fue nombrado en honor a su primer habitante: un árbol que es símbolo de fortaleza y permanencia. El corazón verde de este edificio es su patio central: un espacio de 326 m² diseñado especialmente para que las niñas más pequeñas puedan jugar, explorar y aprender en un entorno seguro. A su alrededor, las aulas artísticas al aire libre permiten que el arte también respire y se inspire en el exterior.